El huerto escolar del Colegio Asunción Pañart de Aínsa sigue produciendo a buen ritmo también en la época estival. Muestra de ello ha sido la reciente donación de seis barquillas de acelgas a la residencia de mayores La Solana, un regalo que ha sido acogido con alegría por trabajadoras y residentes y que demuestra el firme compromiso con un proyecto que nacía en 2021.
Las acelgas en cuestión, de una variedad local recuperada procedente de Banastón, fueron plantadas por escolares de infantil en el mes de marzo. Allí se han plantado también tomates de Boltaña, de El Pueyo y de Sarvisé, lechugas de Olsón y judías de Araguás. Esta circunstancia se debe al proyecto de recuperación de semillas autóctonas emprendido por la Asociación Arto-Un Paso Atrás, responsable del huerto escolar y con una larga trayectoria de búsqueda que ha dado lugar a la creación del banco de semillas de Sobrarbe y a la puesta en valor de esta extraordinaria herencia.
Durante el curso, las verduras y hortalizas que se recogen se destinan al comedor escolar, un comedor ecológico que lleva varios años en funcionamiento con excelentes resultados. Al finalizar el curso la producción continúa, siendo un buen momento para dar a conocer la labor que allí se realiza a otros sectores de la población.
“Qué mejor que nuestros mayores para disfrutar del excedente que tenemos en verano. Para nosotros es muy importante hacer comunidad, que se integren en la cadena personas de diferentes ámbitos y generaciones y que se tome conciencia de la importancia de conservar ese bien tan preciado que nos han dejado nuestros antepasados”, destaca Emilia Puyuelo, que junto a Juan García se encarga de la coordinación del huerto escolar.
Cada vez son más los alumnos que durante el tiempo de recreo se acercan al huerto a contribuir en su mantenimiento. Bancales elevados, un invernadero, juguetes e instrumentos construidos con materiales reciclados del entorno natural en que se encuentran son otras de las actividades que han llevado a cabo durante el año. Para el próximo curso quieren construir una caseta con adobes y una planta de energías renovables a pequeña escala. Alumnado del instituto, así como de la escuela de adultos comarcal, han ido sumándose a la experiencia del huerto escolar. También durante el curso se ha abierto a toda la población algunos fines de semana con el objetivo de hacer partícipe de la iniciativa a todo aquel que lo desee.
“Transmitir los valores de la buena alimentación desde edades tempranas, conocer las bondades del cultivo ecológico y sostenible e inculcar el amor y el cuidado a la tierra es fundamental en un entorno rural como el nuestro”, explica el alcalde Enrique Pueyo. Aínsa pertenece a la Red de Municipios por la Agroecología, y “queremos que esa promoción del sistema alimentario local sostenible pueda abordarse desde diferentes espacios. El ámbito educativo, desde luego, es esencial”. El proyecto sale adelante con el apoyo del ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe, de la Diputación Provincial de Huesca y del propio centro educativo, y se espera que logre convertirse en un aula más donde se dé rienda suelta a la creatividad y al aprendizaje desde la práctica.