Ya conocemos, públicamente, la tercera parte de la trilogía del pequeño Aylan. El “invento” literario de Josan Bailac es ya una realidad que viene a complementar todo lo que fuimos descubriendo, en las dos entregas primeras, del futbolista soñador, complejo y osado llamado Aylan Baldi. Y no podía ser de mejor modo en referencia a la pública presentación de la novela: salón de actos municipal; aforo cumplido; el periodista Cristian Mestres como maestro de ceremonias y voz tan natural como ilustrada; José Antonio Adell, prologuista de la novela e invitado necesario; David Espada, protagonista de la portada del texto y siempre dispuesto; y el valedor del motivo y la reunión, Josan Bailac, poliédrico –en palabras de Adell- entusiasta de sus ángulos y de sus cosas.
Es hora de proyectar retos, metas, objetivos… desafíos. En el mismo título, todo está medido, el autor nos introduce en el bosque de palabras, frases, ideas, capítulos y enredados del ahora adolescente Aylan: “No me puedo creer que hoy presente mi tercera novela. Todo va muy rápido. Yo quería escribir un libro… y ahora ya tengo tres”, señalaba Bailac en una de las numerosas entradas de sinceridad, respondiendo a la orquestada secuencia de preguntas verbalizadas por Mestres. Antes, Adell nos había dejado muestras de su gusto por la historia, triplicada, del autor. En su tarea de prologuista, el escritor literano señalaba el acierto de Josan Bailac a la hora de adentrarse en un mundo como el deporte, y el fútbol en particular, poco dado en la construcción de historias noveladas; casualidades, en la sala se encontraba el empresario y también escritor, Pedro Torréns, autor del texto El fútbol no es así. Parece que Binéfar conserva una especial querencia por el balompié novelado; será la inconsciente influencia del C.D. Binéfar y su maravillosa historia centenaria.
Josan Bailac contó, explicó, ilustró y dejó abierta la puerta del interés máximo a adentrarse en esta nueva etapa de Aylan, en sus manos. Es la tercera, pero vendrán más según palabras del propio autor: si todo comenzó con un sueño, el de Aylan que era el de Josan; siguió con un laberinto propio de la vida y vicisitudes del pequeño abrazado a una pelota; ahora remata con un desafío propio de inconformistas. ¿Qué será lo que vendrá? Lo que quieran ambos dos: Aylan Baldi y Josan Bailac, soñadores contestatarios de lo impropio y establecido. Pero no corran, que al tiempo no hay que cebarlo para que vuele solo. Mientras, nos quedamos con El desafío de Aylan.