El hecho ocurría la madrugada del pasado martes cuando un individuo llamó al portero automático de urgencias del centro de salud para ser atendido. De entrada, su nivel de agresividad era tal, según la facultativa y enfermera que quisieron atenderlo, que tuvieron que protegerse como mejor pudieron para deshacerse de la agresión verbal que estaban sufriendo, y que podía haberlas llevado a un escenario de agresión física en vista de la actitud mostrada por el teórico paciente.
La Guardia Civil está investigando la identidad de la persona protagonista del hecho denunciado, constitutivo de atentado contra la autoridad; habida cuenta de la consideración que ostentan los profesionales sanitarios, según la Ley Orgánica 1/2015 del 31 de marzo de2021: “… reconocimiento como autoridad pública de los profesionales sanitarios que trabajen como funcionarios en el ámbito público en caso de sufrir agresión que pasa a ser considerada como delito de atentado…”.
Al habla con profesionales sanitarios en el ámbito rural, señalan con inquietud el grado de vulnerabilidad que padecen en tantos centros como el tamaritano, donde de madrugada únicamente se encuentran en las instalaciones médico, enfermero y un portero automático: “Nos sentimos totalmente desprotegidos, y algo se debería hacer porque ya vemos lo que está pasando”, nos cuentan a esta redacción.
